Este es el “primer procedimiento humano del mundo de su interfaz cortical en un paciente sometido a resección de un tumor cerebral”.

Una startup con sede en España ha demostrado con éxito la capacidad de su interfaz cerebro-computadora (BCI) basada en grafeno para realizar cirugías tumorales precisas.

INBRAIN Neuroelectronics, empresa especializada en terapias de interfaz cerebro-computadora, implantó con éxito su interfaz cortical en un paciente humano.

Según el comunicado de prensa, este es el “primer procedimiento humano del mundo de su interfaz cortical en un paciente sometido a resección de un tumor cerebral”.

Curiosamente, esta tecnología BCI fue capaz de identificar la diferencia entre tejido cerebral sano y canceroso a nivel microscópico. El procedimiento se llevó a cabo en el Salford Royal Hospital en Manchester, Reino Unido.

“La primera aplicación humana del mundo de una BCI basada en grafeno destaca el impacto transformador de las tecnologías neuronales basadas en grafeno en la medicina. Este hito clínico abre una nueva era para la tecnología BCI, allanando el camino para avances tanto en la decodificación neuronal como en su aplicación como intervención terapéutica”, afirmó Carolina Aguilar, directora ejecutiva y cofundadora de INBRAIN Neuroelectronics.

BCI basado en grafeno

El dispositivo está basado en grafeno, un material extraordinario con propiedades excepcionales. Los materiales basados ​​en grafeno están formados por una sola capa de átomos de carbono.

El grafeno es increíblemente fino pero muy resistente. Sus propiedades eléctricas y mecánicas únicas se combinan para hacerlo perfecto para las interfaces neuronales.

“Estamos capturando la actividad cerebral en áreas donde los metales y materiales tradicionales tienen dificultades para transmitir señales con fidelidad. El grafeno proporciona una densidad ultraalta para detectar y estimular, lo que es fundamental para realizar resecciones de alta precisión y, al mismo tiempo, preservar las capacidades funcionales del paciente, como el movimiento, el lenguaje o la cognición”, afirmó el Dr. David Coope, el neurocirujano que realizó el procedimiento.

Tras exhaustivas pruebas y desarrollo, la empresa anunció el inicio de los ensayos en humanos en julio de 2024. El ensayo incluirá entre 8 y 10 pacientes para evaluar la seguridad del grafeno en contacto directo con el cerebro humano.

«El estudio también tendrá como objetivo demostrar la superioridad del grafeno sobre otros materiales a la hora de decodificar la funcionalidad cerebral tanto en estado de vigilia como de sueño», afirmó Kostas Kostarelos, cofundador de INBRAIN Neuroelectronics.

La BCI podría utilizarse para el tratamiento del Parkinson

La empresa ha combinado grafeno, inteligencia artificial (IA) y tecnología avanzada de semiconductores para crear un nuevo tipo de terapia BCI . Estas terapias están diseñadas para ser mínimamente invasivas.

Además, la plataforma BCI-Tx utiliza grafeno para proporcionar un registro de señales cerebrales de alta resolución y una “terapia neuroelectrónica adaptativa”.

Este dispositivo también puede identificar patrones específicos en la actividad cerebral, conocidos como biomarcadores, que están asociados con diversas afecciones neurológicas. Esta información puede utilizarse para diagnosticar y controlar enfermedades.

Según el comunicado de prensa, la plataforma también puede estimular con precisión regiones específicas del cerebro, incluida la corteza y las estructuras subcorticales, para “reequilibrar la red neuronal”.

“INBRAIN está a la vanguardia de la neurología de precisión, integrando la decodificación BCI con neuromodulación de alta precisión para restaurar la función y aliviar los síntomas, brindando un tratamiento continuo y personalizado para maximizar los beneficios y minimizar los efectos secundarios”, señaló Aguilar.

La empresa sugiere que este implante cerebral podría beneficiar significativamente a las personas que padecen la enfermedad de Parkinson. Según INBRAIN, aproximadamente el 30% de la población mundial sufre trastornos neurológicos.

En los últimos años, las BCI han permitido avances en el diagnóstico médico, la comunicación para personas con problemas del habla e incluso el control de dispositivos externos como miembros robóticos mediante el registro e interpretación de señales cerebrales.