Imaginemos, por un momento, un móvil que nunca tiene que ser cargado. Es más, carece de batería porque la energía para funcionar le llega por las ondas. Es el sueño de Nikola Tesla y de Víctor Frankenstein, un mundo de electricidad sin hilos, capaz de dar vida a cuanto toca. Y aunque ni esto es nuevo, ni funciona exactamente así, es la propuesta de un equipo español y estadounidense para la electrónica del futuro. Cargar o, más bien, hacer funcionar nuestros dispositivos gracias a las ondas del wifi.

Tomás Palacios trabaja en el MIT desde 2006. Con 28 años ya era profesor en Massachusetts y ahora lidera una investigación internacional junto a colegas de la UPM, la Universidad Carlos III de Madrid, la de Boston y la de Carolina del Sur. Su fin es que prácticamente todo lo que nos rodea esté conectado y pueda alimentarse autónomamente, con poco coste energético. Acaban de publicar un artículo en Nature en que explican cómo gracias a un material que, como el grafeno, es flexible, se pueden capturar las ondas del wifi para hacer circular una corriente continua que alimente pequeños aparatos.

Hemos ideado una forma de dar electricidad a los sistemas del futuro: mediante la recolección de la energía del wifi

“Hemos ideado una nueva forma de dar electricidad a los sistemas electrónicos del futuro: mediante la recolección de la energía wifi de una manera que se integra fácilmente en grandes áreas, para llevar la inteligencia a cada objeto que nos rodea”, explica Tomás Palacios, profesor en el Departamento de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación desde el Centro para Dispositivos de Grafeno y Sistemas 2D que dirige en el MIT. Un espaldarazo energético al internet de las cosas. “¿Qué pasaría si pudiéramos desarrollar sistemas electrónicos que envolvemos alrededor de un puente. O si forramos una carretera completa, o las paredes de nuestra oficina, y llevar inteligencia electrónica a todo lo que nos rodea? ¿Cómo conseguimos energía para esos aparatos electrónicos?”. Apunta en relación a un futuro conectado o el fog computing.

Este ingeniero cree que, aunque nos parezca que este invento puede ser la panacea para cargar nuestros móviles, en realidad en unos años quizás no nos importen nada nuestros teléfonos. Quizás podamos hablar directamente a las paredes para que nos conecten con otras personas o busquen información en internet. Algo que empieza a suceder con los asistentes personales que trabajan en altavoces. Aunque la idea es que prácticamente todo esté conectado a la red, ya que, a su juicio, hoy son muy pocas cosas las que están en la red de redes.

El pilar físico para hacerlo no es nuevo. La idea es usar rectenas, es decir, antenas que debido a las características del material con que están hechas, son capaces de capturar las vibraciones de las microondas del wifi y traducirlas en movimiento de electrones, es decir, corriente. Mediante una serie de rectificaciones, la corriente es continua, de manera que está lista para ser consumida por un dispositivo, cual si fuera su pila.

Hablamos de wifi, pero también hay españoles trabajando en EE.UU. en otra tecnología que podría sustituir el estándar en que se basa. Se trata de la tecnología del terahercio y tratan de ver su seguridad, viabilidad y velocidad de transmisión de datos. En este vídeo te explicamos cuál es su fundamento. Pero también podrá hacerte una idea de cómo son las ondas del wifi y de qué manera pueden afectar a un material para que produzca una corriente eléctrica.

Cuanto más rápidas son las ondas, más cortas, con lo que llegan menos lejos porque se atenúan antes. Explicamos que lo que es una desventaja, se convierte en un avance en seguridad, ya que es más fácil detectar a un espía.

https://www.nature.com/articles/s41586-019-0892-1

Via: elindependiente.com